martes, 26 de julio de 2022

LO QUE LE ESPERA A VENEZUELA EN 2022

 



    LO QUE LE ESPERA A VENEZUELA EN 2022

Después de las decepciones de 2021, ¿pueden el gobierno y la oposición retomar las negociaciones durante el próximo año?

Wednesday, January 26, 2022 / BY:

 Ana Caridad;  Keith Mines

PUBLICATION TYPE: Analysis and Commentary

 

 

 

Venezuela arranca el 2022 con desafíos persistentes, pero también con algunas oportunidades tangibles. Quedaron atrás las poco realistas aspiraciones de una salida inmediata del chavismo, dejando espacio para la eventual construcción de una convivencia democrática. Pero para que ocurra cualquier cambio positivo, el gobierno de Maduro y la oposición democrática deberán volver a la mesa de negociaciones, donde han establecido una plataforma para la coordinación y el progreso en temas como la restauración de las instituciones democráticas, la ayuda humanitaria y, en última instancia, una salida electoral. La comunidad internacional, especialmente Estados Unidos, será un actor clave y no debe caer en la inercia. En la Venezuela de 2022, los pequeños esfuerzos pueden lograr una diferencia real en la vida de los ciudadanos.

 

 


 

 



 

Sería fácil, incluso defendible, que los partidarios de la democracia en Venezuela se retiraran de la lucha. Para muchos, simplemente no hay una lista clara de cosas por hacer, y existe el temor siempre presente de que cualquier participación directa en los problemas del país simplemente envalentona a los autócratas. Pero una mirada más cercana revela varias cosas en juego que podrían marcar una diferencia material en la vida de los venezolanos y mantener vivas las opciones para la redemocratización en el futuro. Consideramos cuatro cosas a tener en cuenta en el próximo año:

 

Apoyar Soluciones Locales a Problemas Locales

Como era de esperarse, las elecciones regionales de noviembre de 2021 estuvieron dominadas por el partido gobernante. En un panorama mayormente sombrío, solo cuatro de las 23 gubernaturas fueron ganadas por la oposición, aunque hubo algunos puntos positivos. La contienda en Barinas, ciudad natal de Hugo Chávez y tradicional bastión del chavismo, se decidió finalmente tras una nueva votación orquestada por el régimen de Maduro el pasado 9 de enero tras una derrota en noviembre. Sorprendiendo a muchos observadores, el régimen perdió por segunda vez, revelando la falta de un amplio apoyo hacía al partido de gobierno, especialmente fuera de Caracas. Los resultados electorales a nivel local reforzaron este análisis, donde un tercio de las 335 alcaldías se fue a candidatos distintos al oficialismo, frente a solo 29 en las elecciones regionales de 2017. Esto le da a la oposición democrática la oportunidad de trazar un rumbo y gobernar localmente.

No será un camino fácil, ya que los recursos y el poder en última instancia continúan residiendo en el gobierno central, pero como los gobernadores y alcaldes de la oposición han descubierto en el pasado, hay mucho que se puede lograr para mejorar la vida de los ciudadanos venezolanos y eso ayudará a reforzar el apoyo a las fuerzas democráticas en el futuro. La comunidad internacional puede apoyar a estos funcionarios locales si no los castiga por haber participado en una elección impugnada, como ha sucedido en el pasado. Más bien, los actores internacionales deberían acercarse y ofrecer tanta ayuda como sea posible para reforzar las oportunidades a nivel local.

Los actores internacionales también pueden aportar mucho para lograr la “reinstitucionalización” del país, definida por algunos actores de la sociedad civil como el proceso de preservar y fortalecer lo que queda de las instituciones democráticas, mientras mantienen la puerta abierta para a una restauración plena de la democracia en el futuro. Al aceptar que el restablecimiento de la democracia en Venezuela no se producirá en un solo fin de semana de dramáticos juegos de poder o una marcha masiva hacia el palacio de Miraflores, sino de manera gradual, muchos venezolanos se concentrarán en estos cambios más modestos.

Como ejemplo reciente, el nombramiento negociado de un Consejo Nacional Electoral más equilibrado por parte del gobierno de Maduro en 2021 permitió algunas mejoras en el aun carente proceso electoral de noviembre. Está previsto que en los próximos meses se lleve a cabo un proceso de renovación del Tribunal Supremo de Justicia. Las fuerzas democráticas y sus partidarios internacionales deben aprender de la pequeña victoria en el nombramiento de la autoridad electoral y tratar de influir en la renovación del poder judicial, contribuyendo aún más al proceso de reinstitucionalización.

 

Una oposición más unida

Una segunda área en la que la comunidad internacional puede ser útil es en la promoción de la unidad entre la oposición. La oposición democrática es justificadamente sensible a este persistente llamado a la unidad, que perciben como injusto dada la amplia variedad de partidos democráticos en cualquier otra democracia. Aún así, en las recientes elecciones de noviembre, el analista electoral venezolano Aníbal Sánchez señala que la unidad básica le habría ganado a la oposición seis gobernaciones adicionales, mientras que una coordinación más profunda podría haberles ganado hasta diez.

La falta de unidad fragmenta las fuerzas democráticas de manera destructiva tanto para ganar elecciones como para mostrarle al pueblo venezolano que tiene los medios para abordar los problemas del país. La caída en picada del apoyo a la oposición desde un máximo de más del 60 por ciento hasta el mínimo de los 10 hoy demuestra el costo de esta debilidad. Se debe alentar a la oposición a desarrollar nuevos mecanismos para seleccionar líderes, lo que permitiría una expresión más amplia de la democracia que no descarte a sectores enteros de la oposición como colaboradores del gobierno de Maduro y se aleje del tóxico personalismo que ha sido la ruina del sistema político de Venezuela desde su inicio.

Un problema persistente en la cuestión de la unidad es el estado del gobierno interino de Juan Guaidó, que se estableció hace tres años como un polo alternativo al gobierno después de que la Asamblea Nacional de 2015 liderada por la oposición declarara ilegítima la presidencia de Nicolás Maduro. Por tercer año, los miembros de la Asamblea Nacional de 2015 se reunieron a fines de diciembre para extender el mandato del gobierno interino. Sin embargo, han cambiado la estructura de toma de decisiones de una presidencia a una comisión delegada de 18 miembros de la Asamblea Nacional, que prestó juramento el 7 de enero.

Pero a pesar de la controversia que ocasiona, hay una oportunidad para el gobierno interino, que aún cuenta con el apoyo de muchos venezolanos y es reconocido por Estados Unidos y unos cuantos países más. Significativamente, tendrá un rol en la gestión de los activos venezolanos en el extranjero y podría proporcionar una plataforma para la acción coordinada si es inclusivo y establece vínculos consultivos con todos los partidos políticos y con la sociedad civil.

No hay sustituto para las negociaciones

Las oportunidades para un cambio mejorarían con la continuación de la plataforma de negociación establecida en la Ciudad de México el año pasado. Las tres rondas de conversaciones hasta la fecha, con la facilitación de Noruega, han sido productivas pero un poco vacilantes, y terminaron en noviembre tras la retirada del gobierno por la extradición del socio y enviado de Maduro, Alex Saab, de Cabo Verde a Estados Unidos.

Las negociaciones contaron con la mayor participación de mujeres que cualquier iniciativa previa, dos en cada lado, y exploraron la inclusión de la sociedad civil en futuras conversaciones. Además, establecieron un marco político que establecía una relación cuasi respetuosa y afirmaba en gran medida la convivencia política como meta intermedia, dejando de lado los esfuerzos por una salida de suma cero. No hay garantía de que las negociaciones se reanuden, pero sería una gran oportunidad perdida si no lo hacen.

El desarrollo de una plataforma de negociaciones semipermanente podría crear algunas aperturas para la cooperación en el próximo año, particularmente en temas humanitarios que requieren la liberación de activos venezolanos en el extranjero, activos que la oposición controla pero que necesitan ser coordinados con el gobierno de Maduro para poder ser utilizados con fines humanitarios.

Otra posibilidad, en gran parte aspiracional en este momento, debería al menos considerarse. Muchas propuestas para restaurar las instituciones democráticas en Venezuela exigen una forma de gobierno de concertación. Tales ideas no son realistas, dada la insistencia de ambas partes en adherirse estrictamente a la constitución venezolana, que no permite tal concesión. Pero podría haber espacio para canalizar muchas decisiones nacionales a un organismo de negociación establecido para su resolución y colaboración.

Por lo tanto, las negociaciones de la Ciudad de México han preparado el escenario para avances pequeños pero persistentes en asuntos humanitarios e institucionales. En última instancia, podrían proporcionar la plataforma donde podrían tomarse decisiones más importantes sobre una salida electoral. Es imperativo que las negociaciones continúen.

 

Un papel clave para Estados Unidos

El actor clave para apoyar la continuación y ampliación de la mesa de negociación es Estados Unidos. Abandonando su postura previa de oposición a las negociaciones, Estados Unidos ahora consiente e incluso ofrece apoyo condicional para ellas. Pero para lograr un progreso real, Estados Unidos tendría que estar más involucrado, poniendo el levantamiento de las sanciones sobre la mesa como apalancamiento para crear condiciones para un progreso sustancial.

Algunos venezolanos han sugerido una “hoja de ruta” que permitiría a Estados Unidos y al gobierno de Maduro alinear claramente las concesiones con los beneficios. Por parte de Estados Unidos, esto giraría en gran medida en torno a ofrecer un alivio de las sanciones en apoyo del progreso democrático dentro de Venezuela, en estrecha coordinación con la oposición democrática. Dada la facilidad de la imposición de la mayoría de las sanciones, estas concesiones podrían emplearse de manera segura sin temor a envalentonar o fortalecer al gobierno de Maduro.

Este año no tendrá el drama del 2021, que presentó grandes expectativas para la administración de Biden seguida de elecciones clave en Venezuela. Pero no deben perderse las oportunidades de mejorar la terrible situación humanitaria del país, reconstruir o preservar instituciones clave, mejorar la unidad entre las fuerzas democráticas y permitir que los funcionarios locales y otros gobiernen con al menos cierta eficacia.

 

 

En medio de una abrupta desaceleración del crecimiento, aumenta el riesgo de estanflación

La guerra en Ucrania provoca una mayor inflación y condiciones financieras más restrictivas

CIUDAD DE WASHINGTON, 7 de junio de 2022. Como agravante de los daños provocados por la pandemia de COVID-19, la invasión rusa a Ucrania ha exacerbado la desaceleración de la economía mundial, que está entrando en lo que podría convertirse en un período prolongado de escaso crecimiento y elevada inflación, según el último informe Perspectivas económicas mundiales elaborado por el Banco Mundial. Este contexto aumenta el riesgo de estanflación, con consecuencias potencialmente perjudiciales tanto para las economías de ingreso mediano como para las de ingreso bajo.

Se prevé que el crecimiento mundial descienda del 5,7 % en 2021 al 2,9 % en 2022, un porcentaje considerablemente menor que el 4,1 % que se anticipó en enero. Se prevé que oscile en torno a ese ritmo durante el período 2023-24, a medida que la guerra en Ucrania afecte la actividad, la inversión y el comercio en el corto plazo; la demanda reprimida se disipe, y vayan eliminándose las políticas monetarias y fiscales acomodaticias. Como resultado de los daños derivados de la pandemia y la guerra, este año, el nivel de ingreso per cápita de las economías en desarrollo se ubicará casi un 5 % por debajo de su tendencia previa a la pandemia.

“La guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan el crecimiento. Para muchos países, será difícil evitar la recesión”, afirmó el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass. “Los mercados están expectantes, por lo que es urgente fomentar la producción y evitar las restricciones comerciales. Se requieren cambios en las políticas fiscales, monetarias, climáticas y de endeudamiento para contrarrestar la asignación inadecuada de capital y la desigualdad”.

En el informe Perspectivas económicas mundiales del mes de junio se presenta la primera evaluación sistemática de la forma en que las actuales circunstancias económicas mundiales se comparan con la estanflación de la década de 1970, con especial énfasis en la forma en que la estanflación podría afectar los mercados emergentes y las economías en desarrollo. La recuperación de la estanflación que se registró en los años setenta exigió fuertes aumentos en las tasas de interés en las principales economías avanzadas, lo que contribuyó en gran medida a desencadenar una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.

“Las economías en desarrollo deberán equilibrar la necesidad de garantizar la sostenibilidad fiscal con la necesidad de mitigar los efectos de las múltiples crisis en los ciudadanos más pobres”, señaló Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial. “Comunicar con claridad las decisiones en materia de política monetaria, aprovechar la credibilidad de los marcos de política monetaria y proteger la independencia del banco central puede anclar eficazmente las expectativas inflacionarias y reducir el grado de restricción monetaria requerida para lograr los efectos deseados sobre la inflación y la actividad”.

La coyuntura actual se asemeja a la de la década de 1970 en tres aspectos principales: perturbaciones continuas del lado de la oferta que favorecen la inflación, precedidas por un período prolongado de política monetaria altamente acomodaticia en las principales economías avanzadas; perspectivas de menor crecimiento, y vulnerabilidades que los mercados emergentes y las economías en desarrollo afrontan respecto de la aplicación de una política monetaria restrictiva que será necesaria para poner freno a la inflación.

Sin embargo, el episodio actual también difiere del que se vivió en los años setenta en múltiples dimensiones: el dólar es fuerte, lo que refleja un marcado contraste con la grave debilidad que tenía la divisa en esa década; los porcentajes de aumento de los precios de los productos básicos son menores, y los balances de las principales instituciones financieras son en general más sólidos. Lo que es más importante, a diferencia de los años setenta, los bancos centrales de las economías avanzadas y muchas economías en desarrollo tienen, en la actualidad, mandatos claros para la estabilidad de los precios y, durante las últimas tres décadas, han establecido un historial creíble de cumplimiento de sus metas de inflación.

Se prevé que la inflación mundial será moderada el próximo año, pero probablemente seguirá estando por encima de las metas de inflación en muchas economías. En el informe se observa que, si la inflación continúa siendo elevada, una repetición de la resolución del anterior episodio de estanflación podría traducirse en una marcada desaceleración mundial, acompañada de crisis financieras en algunos mercados emergentes y economías en desarrollo.

En el informe también se ofrecen nuevas perspectivas acerca de cómo los efectos de la guerra sobre los mercados de la energía empañan el panorama del crecimiento mundial. La guerra en Ucrania provocó un alza en los precios en diversos productos básicos relacionados con la energía. Los precios más altos de la energía reducirán los ingresos reales, aumentarán los costos de producción, restringirán la situación financiera y limitarán la política macroeconómica, especialmente en los países importadores de energía.

Se prevé que el crecimiento en las economías avanzadas se desacelere drásticamente del 5,1 % en 2021 al 2,6 % en 2022 (1,2 puntos porcentuales por debajo de las proyecciones de enero). Se prevé que el crecimiento se modere aún más al 2,2 % en 2023, lo que reflejará en gran medida la retirada del apoyo mediante políticas monetarias y fiscales proporcionado durante la pandemia. 

Entre los mercados emergentes y las economías en desarrollo, también se prevé una caída del crecimiento del 6,6 % en 2021 al 3,4 % en 2022, muy por debajo del promedio anual del 4,8 % durante el período comprendido entre 2011 y 2019. Los efectos secundarios negativos de la guerra neutralizarán considerablemente cualquier estímulo de corto plazo para algunos exportadores de productos básicos derivado de los precios de energía más altos. Se revisaron los pronósticos del crecimiento de 2022 en casi el 70 % de los mercados emergentes y las economías en desarrollo, que incluye la mayoría de los países importadores de productos básicos, así como cuatro quintos de los países de ingreso bajo.

En el informe se destaca la necesidad de tomar medidas de política decisivas a nivel nacional y mundial para evitar que la guerra en Ucrania provoque peores consecuencias para la economía mundial. Esto incluirá esfuerzos globales para limitar los daños provocados a quienes se hayan visto afectados por la guerra, amortiguar el impacto del alza en los precios del petróleo y los alimentos, agilizar el alivio de la deuda y ampliar la vacunación en los países de ingreso bajo. También implicará contar con enérgicas respuestas de la oferta a nivel nacional y, a la vez, mantener el adecuado funcionamiento de los mercados de productos básicos a nivel mundial.

Además, los encargados de formular las políticas deberán abstenerse de implementar políticas distorsionadoras, como controles de precios, subvenciones y prohibiciones de exportación, que podrían acrecentar el reciente aumento en los precios de los productos básicos. En el contexto complejo de una mayor inflación, un menor crecimiento, una situación financiera más restrictiva y un limitado espacio para la política fiscal, los Gobiernos deberán redefinir la prioridad de los gastos para orientarlos a brindar apoyo específico a las poblaciones vulnerables.

Consulte el sitio web Perspectivas económicas mundiales.

Perspectivas regionales:

Asia oriental y el Pacífico: según las proyecciones, el crecimiento se desacelerará al 4,4 % en 2022 y aumentará al 5,2 % en 2023. Para obtener más información, vea el panorama regional (i).

Europa y Asia centralse prevé que la economía regional se contraiga en un 2,9 % en 2022 antes de crecer un 1,5 % en 2023. Para obtener más información, vea el panorama regional (i).

América Latina y el Caribe: se pronostica que el crecimiento se desacelerará al 2,5 % en 2022 y al 1,9 % en 2023. Para obtener más información, vea el panorama regional.

Oriente Medio y Norte de África: se pronostica que el crecimiento se acelerará al 5,3 % en 2022 antes de atenuarse hasta el 3,6 % en 2023. Para obtener más información, vea el panorama regional (i).

Asia meridional: se pronostica que el crecimiento se desacelerará al 6,8 % en 2022 y al 5,8 % en 2023. Para obtener más información, vea el panorama regional (i).

África subsahariana: según las previsiones, el crecimiento se moderará al 3,7 % en 2022 y aumentará al 3,8 % en 2023. Para obtener más información, vea el panorama regional (i).



Fuente: Banco Mundial.

1. Tasas de crecimiento agregadas calculadas utilizando las ponderaciones del PIB a precios y tipos de cambio del mercado promedio de 2010 y 2019. Las tasas de crecimiento agregadas pueden diferir de las cifras publicadas con anterioridad calculadas utilizando las ponderaciones del PIB a precios y tipos de cambio del mercado promedio de 2010. No se incluyen los datos correspondientes a Afganistán y Líbano.
2. Los valores del crecimiento del PIB se calculan sobre la base del ejercicio económico. Los agregados que incluyen estos países se calculan utilizando datos correspondientes al año civil. Las tasas de crecimiento de Pakistán se basan en el PIB a costo de los factores. La columna de 2022 se refiere al ejercicio de 2021/22.
3. Los valores del crecimiento del PIB se calculan sobre la base del ejercicio económico. Los agregados que incluyen estos países se calculan utilizando datos correspondientes al año civil. La columna de 2022 se refiere al ejercicio de 2022/23.
4. Las tasas de crecimiento mundial se calculan utilizando ponderaciones de la paridad del poder adquisitivo (PPA) promedio de 2010 y 2019, que atribuyen una mayor proporción del PIB mundial a los mercados emergentes y economías en desarrollo (MEED) que a los tipos de cambio del mercado.
5. Volumen de comercio mundial de bienes y servicios no factoriales.
6. El precio del petróleo se refiere a la cotización del precio del petróleo crudo Brent. El índice de precios de los productos básicos no energéticos es el promedio ponderado de 39 productos básicos (7 metales, 5 fertilizantes y 27 productos básicos agrícolas). Paro obtener información más detallada, visite https://www.worldbank.org/commodities (i).
Nota: e = estimación; p = previsión. Las previsiones del Banco Mundial se actualizan con frecuencia sobre la base de nueva información. En consecuencia, las proyecciones que se presentan aquí pueden diferir de las incluidas en otros documentos del Banco, aun cuando las evaluaciones básicas de las perspectivas de los países no difieran en una fecha dada. Para consultar la definición de MEED, exportadores de materias primas e importadores de materias primas, consulte el cuadro 1.2. EM7 incluye Brasil, China, India, Indonesia, México, la Federación de Rusia y Turquía. En la actualidad, el Banco Mundial no publica información sobre producción económica, ingresos ni crecimiento de Turkmenistán ni la República Bolivariana de Venezuela debido a la falta de datos confiables de calidad adecuada. Turkmenistán y la República Bolivariana de Venezuela no están incluidos en los agregados macroeconómicos entre países.

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lunes, 18 de julio de 2022

función crucial del comercio para hacer frente a la crisis alimentaria y la inflación

 

DIRECTORA GENERAL NGOZI OKONJO-IWEALA

La DG Okonjo-Iweala subraya la función crucial del comercio para hacer frente a la crisis alimentaria y la inflación

El 15 de julio, la Directora General Ngozi Okonjo-Iweala dijo a los Ministros de Finanzas del G20, reunidos en Bali (Indonesia), que la cooperación en el ámbito comercial sería crucial para hacer frente a la actual crisis de inseguridad alimentaria y que la OMC “está decidida a ser parte de la solución”.

 

 

En su intervención virtual en una sesión sobre el fortalecimiento de la colaboración mundial para hacer frente a la inseguridad alimentaria, la directora general dijo a los ministros y gobernadores de bancos centrales reunidos que los miembros de la OMC "tomaron algunos pasos importantes" en su 12ª Conferencia Ministerial (MC12) en junio. Estos incluyeron una decisión para eximir de las restricciones a la exportación los alimentos comprados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con fines humanitarios y una declaración para facilitar el comercio de alimentos, fertilizantes y otros insumos agrícolas.

 

“El jefe del PMA, David Beasley, dice que la decisión jurídicamente vinculante le ahorrará tiempo y dinero a la agencia a la hora de adquirir alimentos para millones de personas vulnerables”, dijo, y señaló que las estimaciones del PMA de que hasta 345 millones de personas en todo el mundo ahora padecen inseguridad alimentaria aguda o corren un alto riesgo.

 

“Los ministros también adoptaron una Declaración comprometiéndose a facilitar el comercio de alimentos, fertilizantes y otros insumos agrícolas”, agregó el Director General. “Recalcaron la importancia de no imponer restricciones a la exportación y alentaron a los miembros con excedentes de existencias a liberarlos en los mercados internacionales”.

 

El Director General advirtió que, en medio de una intensa competencia por alimentos e insumos clave como fertilizantes, “existe el riesgo de que los suministros se desvíen de los países más pobres a los más ricos, repitiendo la experiencia con las vacunas contra el COVID-19. Por ejemplo, los países africanos ya tienen dificultades para acceder a cantidades adecuadas de fertilizantes”.

 

La OMC ha estado monitoreando de cerca las medidas comerciales que afectan a los alimentos desde el comienzo de la guerra en Ucrania y alentando a los miembros a mantener abiertos los mercados internacionales para alimentos e insumos agrícolas.

 

El seguimiento de la OMC muestra que 29 miembros y observadores han introducido 52 medidas que prohíben o restringen las exportaciones de alimentos, piensos y fertilizantes. Desde entonces, se han eliminado más de una docena de estas medidas, dejando vigentes 39 medidas de 23 países, dijo el Director General a los ministros, todavía demasiadas, pero menos numerosas que las medidas restrictivas del comercio de productos médicos introducidas durante el punto álgido de la pandemia.

 

En la sesión de apertura sobre el estado actual de la economía global, el Director General dijo a los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 su preocupación por que los resultados de la MC12 sobre las restricciones a la exportación y el PMA deberían ayudar a aliviar las presiones inflacionarias sobre los precios de los alimentos. Destacó el papel desinflacionario que ha desempeñado el comercio en las últimas décadas y advirtió que una retirada del comercio podría hacer lo contrario.

 

“El comercio abierto y las cadenas de valor globales históricamente han sido desinflacionarios, fomentando una mayor competencia, especialización y escala”, señaló. “Pero en los últimos dos años, la pandemia ha alterado las cadenas de suministro: el cierre de fábricas y las restricciones de transporte restringieron el lado de la oferta, mientras que los consumidores pasaron de los servicios a los bienes duraderos incluso cuando el estímulo fiscal y monetario impulsó la demanda agregada. Los precios de los alimentos y la energía subían incluso antes de la guerra”.

 

El director general advirtió que la idea promovida por algunos de la "desacoplamiento" del comercio mundial "aumentaría casi con certeza los alquileres y los precios al consumidor, al tiempo que reduciría las perspectivas de crecimiento y pago de la deuda". Reducir las barreras comerciales es una estrategia más prometedora para frenar la inflación, agregó.

 

El director general dijo que los nuevos datos para el primer trimestre de 2022 muestran que los flujos comerciales mundiales disminuyeron en valor en un 2,3 por ciento, trimestre a trimestre, y se mantuvieron estables en términos reales. Sin embargo, los pedidos de exportación "han repuntado un poco desde junio, un indicador adelantado que puede apuntar a una estabilización".

 

El desempeño comercial varía significativamente entre las regiones, con las importaciones y exportaciones africanas aún por debajo de los niveles previos a la pandemia, mientras que los volúmenes comerciales mundiales, encabezados por Asia, están en o cerca de niveles récord, señaló.

 

·         Directora General Ngozi Okonjo-Iweala

·         OMC y otras organizaciones

·         Seguridad alimentaria