¿Qué es el
desarrollo sustentable?
El desarrollo sustentable consiste en mejorar la
calidad de vida mediante la integración de tres factores: desarrollo económico,
protección del medio-ambiente, responsabilidad social.
Permite hacer frente a las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las futuras generaciones.
Permite hacer frente a las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las futuras generaciones.
El desarrollo sustentable, tal como lo sugiere su nombre, es
aquel que puede "sostenerse" en el tiempo, sin comprometer las
posibilidades de las generaciones venideras, tanto en el ámbito ambiental
(normalmente se relega el término solo a este aspecto), social y económico.
Otra área, menos tomada en cuenta aún, que algunos opinan es de gran
importancia para lograr este tipo de desarrollo, es la diversidad cultural, que
permitiría un futuro más satisfactorio e integral.
El término fue usado por primera vez en el "Informe Brundtland", un documento elaborado para la ONU por un equipo liderado por Gro Harlem Brundtland, una doctora y política noruega.
Desde el punto de vista ambiental, el asunto no parece complejo, es decir, si utilizamos los recursos naturales en menor medida de la habilidad de la naturaleza para reponerlos, se puede decir que tenemos un desarrollo sustentable. Si usamos demás, entonces no sería sustentable ya que lógicamente estos recursos terminarían por agotarse. Los aspectos sociales, económicos y culturales que permitirían esto son polémicos, y no hay consenso al respecto.
Se ha pensado que el crecimiento económico, si queremos lograr el desarrollo sustentable, tiene sus límites. Por ejemplo en términos de economía existe un término llamado "Steady State economy", donde se postula para cada país mantener un determinado nivel de consumo en los insumos materiales, dejando de crecer económicamente llegado a cierto punto, y controlando la población (muertes=nacimientos), limitando la producción, etc. Como toda teoría, es interesante conceptualmente, pero acarrea muchísimos problemas de implementación.
El término fue usado por primera vez en el "Informe Brundtland", un documento elaborado para la ONU por un equipo liderado por Gro Harlem Brundtland, una doctora y política noruega.
Desde el punto de vista ambiental, el asunto no parece complejo, es decir, si utilizamos los recursos naturales en menor medida de la habilidad de la naturaleza para reponerlos, se puede decir que tenemos un desarrollo sustentable. Si usamos demás, entonces no sería sustentable ya que lógicamente estos recursos terminarían por agotarse. Los aspectos sociales, económicos y culturales que permitirían esto son polémicos, y no hay consenso al respecto.
Se ha pensado que el crecimiento económico, si queremos lograr el desarrollo sustentable, tiene sus límites. Por ejemplo en términos de economía existe un término llamado "Steady State economy", donde se postula para cada país mantener un determinado nivel de consumo en los insumos materiales, dejando de crecer económicamente llegado a cierto punto, y controlando la población (muertes=nacimientos), limitando la producción, etc. Como toda teoría, es interesante conceptualmente, pero acarrea muchísimos problemas de implementación.
CONCEPTOS
Y METAS DEL DESARROLLO SUSTENTABLE
El concepto
de desarrollo sustentable se hizo conocido mundialmente a partir del informe
"Nuestro Futuro Común", publicado en 1987 con motivo de la
preparación a la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. El informe
fue también conocido como Informe Brundtland, debido a que la Comisión
encargada de su publicación fue liderada por la ex ministra noruega Go Harlem
Brundtland.
La Comisión
Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, establecida por las Naciones
Unidas en 1983, definió el desarrollo sustentable como el "desarrollo que
satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades que
tienen las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades".
En Chile se utiliza la palabra "sustentable" como un anglicismo de la
palabra "sustainable", referida a algo capaz de sostenerse
indefinidamente en el tiempo sin agotar nada de los recursos materiales o
energéticos que necesita para funcionar. Por esta razón, también muchos autores
y publicaciones extranjera hablan de "sostenible".
El
desarrollo sustentable implica pasar de un desarrollo pensado en términos
cuantitativos - basado en el crecimiento económico - a uno de tipo cualitativo,
donde se establecen estrechas vinculaciones entre aspectos económicos, sociales
y ambientales, en un renovado marco institucional democrático y participativo,
capaz de aprovechar las oportunidades que supone avanzar simultáneamente en
estos tres ámbitos, sin que el avance de uno signifique ir en desmedro de otro.
Es lo que algunos académicos y autoridades han comenzado a llamar el
"círculo virtuoso del desarrollo sustentable", basándose en casos
donde se han logrado superar los antagonismos entre crecimiento económico,
equidad social y conservación ambiental, reforzándose mutuamente y con
resultados satisfactorios para todas las partes involucradas (win-win, es
decir, todos ganan).
Para que el
reforzamiento mutuo entre estos aspectos ocurra son necesarias la motivación y
la capacidad de innovación generalizadas, propias de un sistema donde conviven
una economía de mercado y una democracia política. Lograrlo no es tarea fácil y
en algunos casos implicará sacrificar un objetivo en favor del otro (trade off,
es decir, negociar), sobre todo en países donde la superación de la pobreza y
la satisfacción de las necesidades básicas son la principal prioridad, a pesar
de que ello signifique la depredación de sus ecosistemas.
Las
diferencias entre países hace que el desarrollo sustentable sea aún una meta
muy lejos de alcanzar para muchos de ellos. Aunque los países industrializados,
especialmente los nórdicos, están más avanzados, todavía existen países ricos
que se resisten a asumir conductas productivas y un estilo de desarrollo más
sustentables. Los países más pobres, a su vez, sufren las consecuencias de la
"huella ecológica" que deja la exportación de sus materias primas y
recursos naturales (bosques nativos, minerales, fuentes energéticas, productos
agrícolas, praderas y ganados) a lugares como Europa, Japón o Estados Unidos.
Estos últimos disponen de los recursos económicos y humanos, y de los
conocimientos necesarios para desarrollar las tecnologías que permiten
industrializar y comercializar los productos provenientes del mundo en
desarrollo, obteniendo la mayor ganancia que resulta de agregar valor a los
recursos naturales. Dada esta asimetría, aumentan las diferencias sociales y
ambientales entre los países ricos y pobres.
La
sustentabilidad supone un cambio estructural en la manera de pensar el
desarrollo, en la medida en que impone límites al crecimiento productivo, al
consumo de recursos y a los impactos ambientales más allá de la capacidad de
aguante del ecosistema. Establecer límites significa hacer un llamado a no
"descapitalizarnos", entendiendo que existen distintos tipos de
capital complementarios e interdependientes y no sustitutivos entre sí:
- Capital
financiero: planificación macroeconómica sana y un manejo fiscal prudente
- Capital
físico: infraestructura tales como edificios, equipos, caminos, industrias y
puertos.
- Capital humano:
buena salud, educación y competencias para mantener el mercado laboral
- Capital
social: habilidades y capacidades individuales como también de las
instituciones, relaciones y normas que determinan la calidad y cantidad de las
interacciones sociales.
- Capital
natural: recursos naturales -comerciales y no comerciales- y servicios
ecológicos, los cuales proveen de lo necesario para la vida, incluyendo comida,
agua, energía, fibras, estabilización del clima, capacidad de regeneración del
agua, y otros servicios que mantienen la vida.
Comúnmente
el capital más valorado ha sido el financiero y el físico, pero actuamente hay
una revalorización del capital social y humano, lo que representa una
oportunidad para reducir la dependencia de los recursos naturales e impulsar la
diversificación hacia actividades intensivas en conocimiento y tecnología.
Asimismo, la revalorización del capital natural atrae inversiones nacionales e
internacionales basadas en la conservación y no en la extracción y, en muchos
casos, en la integración de entornos naturales y culturas tradicionales únicas
para generar propuestas creativas de desarrollo local sustentable.
En Chile, el
círculo virtuoso del desarrollo sustentable es visto como una excepción que se
da en algunas empresas exportadoras multinacionales y en algunas de las grandes
empresas exportadoras locales. Sin embargo, la globalización y exportación de
productos chilenos a mercados más exigentes está obligando a las industrias a
introducir aspectos sociales y ambientales en sus políticas, así como a
incorporar tecnologías para ser más eficientes y competitivas en el mercado
internacional. Junto con esto, existe una creciente demanda interna de la
población por mejorar su calidad de vida y por consumir productos y servicios que
sean respetuosos del medio ambiente, al mismo tiempo que crece la producción.
Esta demanda está dirigida principalmente al sector privado a través del
mercado y al Estado mediante las políticas públicas, donde aun se aprecian
diferencias de interpretación del concepto de desarrollo sustentable,
principalmente entre aquellos que aseguran que "primero el crecimiento
económico, después el medio ambiente" y los que opinan que el crecimiento
como objetivo incuestionable de la política de desarrollo económico es una
condición necesaria pero no suficiente para mejorar la calidad de vida y el
bienestar de las personas.
Fuentes:
-
Gómez-Lobo, Andrés. ¿Qué entendemos por desarrollo sustentable?. En:http://www.sustentable.cl/portada/Andres/358.asp . Extraído en abril de 2004.- Nebel,
Bernard J. y Wright, Richard T. (1999). Ciencias Ambientales. Ecología y
desarrollo sostenible. 6ª. ed. Versión en español. Pearson Educación. México.
p. 14.
- Goodland,
Robert; Daly, Herman; El Serafy, Salah; Von Droste, Bernd (editores) (1992).
Medio ambiente y desarrollo sostenible. Más allá del Informe Brundtland. Ed.
Trotta. Madrid. p. 14, 15.
- Geisse G.,
Guillermo (2001). "Pongámonos de acuerdo". En: Revista Ambiente y
Desarrollo. Vol. XVII, Nº3, septiembre 2001. CIPMA. pp. 4-5.
- Conceptos
básicos sobre medio ambiente y desarrollo sustentable. Colección Educar para el
ambiente. Manual para el docente. Proyecto INET/GTZ. Buenos Aires, julio de
2003. pp. 24, 51-52.
- Banco
Mundial. Desarrollo sustentable en el siglo XXI. En:http://lnweb18.worldbank.org/ESSD/sdvext.nsf/43ByDocName/SustainableDevelopmentinthe21stCenturyExtraído
en abril de 2004.
EL DESARROLLO SOSTENIBLE
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Se llama
desarrollo sostenible aquél desarrollo que es capaz de satisfacer las
necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las
futuras generaciones. Intuitivamente una actividad sostenible es aquélla que
se puede mantener. Por ejemplo, cortar árboles de un bosque asegurando la
repoblación es una actividad sostenible. Por contra, consumir petróleo no es
sostenible con los conocimientos actuales, ya que no se conoce ningún sistema
para crear petróleo a partir de la biomasa. Hoy sabemos que una buena parte
de las actividades humanas no son sostenibles a medio y largo plazo tal y
como hoy están planteadas.
Esta definición es la del informe de la Comisión Brundlandt.
La señora Brundlandt es la primera ministra de Noruega y el
año 1990 recibió el encargo de la ONU de redactar un primer informe para
preparar la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro dos años más tarde.
Hay otras definiciones también interesantes como la que proponen D.
Pearce, A. Markandya y E.B. Barbier, en la
cual se establece que en una sociedad sostenible no debe haber:
Otra definición se debe a H. Daly. Esta persona propone
que una sociedad sostenible es aquélla en la que:
Son tres formas de definir el desarrollo sostenible. La primera es la
más simple, seguramente la que ha tenido más éxito, mientras que en la
segunda y la tercera se complican los razonamientos.
Hay que tener en cuenta que se trata de una definición estratégica de
carácter conceptual y globalizadora, y se produce una notable dificultad al
traducirla al día a día. Sin embargo, hay que hacer un esfuerzo para superar
las dificultades de orden práctico que supone el principio ecologista delpensar
globalmente y actuar localmente.
La incapacidad de
la especie humana para vivir en armonía con el planeta, la gran interacción
entre el hombre y el sistema natural, son los grandes problemas
mediambientales de hoy. Hasta nuestros días, ninguna especie, excepto el
hombre, ha conseguido modificar tan substancialmente, en tan poco tiempo, las
características propias del planeta.
Así, se plantean los grandes problemas planetarios siguientes:
Y a escala local:
Nuestro sistema de transporte tiene dos grandes inconvenientes. En
primer lugar que es un gran devorador de energía. En España el sector del
transporte es responsable de más del 40% del consumo de energía primaria,
situándose por encima del consumo industrial y del doméstico. El segundo gran
inconveniente es la contaminación o el gasto social difuso que ocasiona:
emisiones nocivas de gases y partículas a la atmósfera, ocupación en las
ciudades de un bien escaso y caro como es el suelo público, accidentes, ruido,
etc...
El transporte de pasajeros...
El transporte más eficiente es hoy en día el que menos ayudas recibe
por parte de las administraciones públicas. Los sistemas eficientes son el
transporte público de viajeros -ferrocarril, autocares y autobuses- y el
sistema ferroviario para las mercancías. Los presupuestos de la Generalitat
para 1995 continuan invirtiendo en carreteras en una relación de 4 a 1, en
comparación con las inversiones en transporte público. En los presupuestos
generales del estado pasa lo mismo. Sin embargo, en el sistema ferroviario
español se ha demostrado que con un cierto nivel de inversiones es posible
ganar viajeros. La apuesta clara por los trenes de cercanías y la
introducción de servicios de alta velocidad en algunos trayectos interurbanos
ha permitido que en1993, por primera vez en los últimos cincuenta años, el
transporte por ferrocarril gane cuota de mercado en algunos corredores. El
aumento se ha producido a costa de la carretera y del avión, dos de los
sistemas de transporte más contaminantes y con efectos sociales y
territoriales más indeseables. Todo ello, da una idea de las inmensas
posibilidades del transporte ferroviario ( y también, naturalmente, de los
autobuses y autocares) para contribuir a un sistema sostenible de transportes.
...y de mercancías
Respecto al transporte de mercancías, ha tenido que ser la creciente
congestión de las autopistas europeas la que concienciase los poderes
públicos de la necesidad de potenciar los sistemas ferroviarios. Hoy, por
mencionar tan solo dos ejemplos, el túnel del Canal de la Mancha y la
coordinación de los sistemas ferroviarios en toda Europa, abre grandes
posibilidades a la potenciación del transporte de mercancías por ferrocarril
en las relaciones supranacionales.
Las rondas fantásticas...
Pero es seguramente en las ciudades donde se manifiesta con toda la
contundencia la insostenibilidad e insalubridad del sistema de transporte
basado en la utilización intensiva del vehículo privado. No es necesario ir
muy lejos para ver ejemplos de esta insostenibilidad. La construcción de las
Rondas de Barcelona es un excelente "caso práctico". La
construcción de esta vía de circunvalación fué presentada por los poderes
públicos como la solución casi definitiva a los problemas de tráfico en el
área metropolitana. Pero hoy tan solo tres años después de la inauguración de
esta "maravilla olímpica", ya tenemos los primeros resultados; las
rondas están colapsadas una buena parte de las horas del día y ha disminuido
la velocidad media de circulación del centro de Barcelona. Actualmente, en
muchas de las calles del centro de Barcelona mantener una conversación
inteligible es un lujo, tan solo al alcance de los peatones nocturnos.
...y otras maravillas
Las rondas, lejos de ser una solución, son ahora
un nuevo problema. Para intentar resolverlo la administración ha restringido
la circulación de camiones y desviado el tráfico hacia otros itinerarios de
circunvalación. Este es el resultado de la política equivocada de transporte
que se pretende continuar: Cuarto Cinturón, vía interpolar, túnel
de Horta, autopista por el margen izquierdo del Besòs, etc... Mientras,
líneas de tren como la de Barcelona-Puigcerdà, la de Lleida-la Pobla de Segur
o la de Manresa a Lleida, corren el riesgo de que cualquier día un juez las
pueda clausurar por falta de seguridad.
Todos los problemas planteados a escala planetaria y local tienen un
denominador común y radican en el funcionamiento del actual sistema
económico. El modelo hoy dominante es aquél que dice que la economía va bien
cuando crece el producto interior bruto (PIB). Este modelo no tiene en cuenta
cuánto cuesta a la colectividad en términos ecológicos y sociales el
crecimiento de un punto del PIB. No tiene en cuenta que la capacidad de
crecimiento económico es finita, ni tampoco tiene en cuenta las limitaciones
del sistema natural que están llevando al planeta al infarto ecológico.
El PIB: un Producto Insostenible y Bruto...
El PIB es la vaca más sagrada de todas las vacas sagradas de la
economía. El PIB mide el valor de las mercancías producidas. Cuanta más
producción, más crecerá el PIB; cuanto más crezca el PIB, mejor viviremos y
más riqueza habrá. Pero la estadística nos enseña que en los últimos quince
años el número de empleos no ha ido en aumento y en cambio el PIB habrá crecido
un 60% en términos nominales.
La perversión del sistema vigente de contabilidad puede llegar a
extremos insólitos. Es el caso del gravísimo terremoto de 1994 en Kobe
(Japón). Alguien con autoridad pronosticó un impacto positivo con la
reconstrucción de la zona de Kobe en el producto interior bruto japonés. Al
cabo de pocos días empezó a subir la bolsa de Tokio. Tenemos un sistema de
medida que permite afirmar que es bueno para la economía que haya destrozos.
Sin ir tan lejos, aquí en casa, el "sistema" establece que
los accidentes de tráfico tienen globalmente un impacto positivo en la
economía del país, puesto que dan trabajo a aseguradoras, a mecánicos, a
médicos, a funerarias, etc.
...y otras vacas sagradas
En segundo lugar del ránking de las vacas sagradas de la economía
aparecen otras variables socioeconómicas. La inflación, el déficit público,
la deuda pública acumulada, la productividad,... Todos estos parámetros
tradicionales miden la situación de un sistema desde un único punto de vista,
prescindiendo de los demás factores.
Parece razonable pensar que a los indicadores macroeconómicos
tradicionales les podríamos añadir otros de carácter ecológico y social, para
medir la sostenibilidad del sistema. Algunas propuestas de nuevos indicadores
podrían ser, a partir de las sugerencias incluidas en los informes de
"La situación en el Mundo" del Worldwatch Institute, los que se
indican a continuación:
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